La música es ponerle medida a la belleza del sonido, cuya cadencia puede estar en los rincones más inesperados. Pocas veces nos detenemos a percibir el constante ronroneo urbano que nos rodea, una atmósfera vibrante que apenass percibimos. Confiamos tanto en el sentido de la vista que anulamos en muchas a los demás. Silva nos propone un bello panorama sonoro rescatado un día cualquiera en una población de costa.Durante unos minutos, graba en las azoteas de Barrio de Santa María de Cádiz sonidos del entorno: gaviotas, campanas o sirenas de barcos que llegan al puerto. Nada especial. Además de la bella reseña no visual del sitio, el colorido de los pormenores audiblesconvierte este archivo en una pieza musical de exquisita factura y serena hermosura que retrata el espiritu de una ciudad.

Es fundamental saber que esta pieza forma parte de una fascinante experiencia personal que tiene que ver con el aprendizaje sonoro. Después de quedrse sordo a los tres años, el artista ha vuelto a recuperar la audición tras un implante coclear. Las coordenadas de estetrabajo coinciden con el lugar donde vivió sus primeros años de vida, rescatando así una lejana memoria acústica de su niñez que vuelve a estar viva.

Texto del catálogo de la exposición “ Que vienen los Bárbaros"

Comisarios: Sema D´Acosta y Ignacio Tovar.

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